BUDISMO ECUADOR, BUDISMO EN ECUADOR, ZEN ECUADOR, BUDISMO ZEN ECUADOR, BUDISMO TAOISTA, EVITAR EL SUFRIMIENTO, MAESTRO ZEN ECUADOR, BUDISMO TIBETANO, BUDISMO TIBETANO EN ECUADOR, MEDITACIÓN EN ECUADOR, MEDITACION ZEN ECUADOR, MEDITACIÓN ZEN EN ECUADOR, PAZ INVERENCIAL , PAZ INTERIOR, TRANQUILIDAD, ECUADOR, YOGA ECUADOR, YOGA EN ECUADOR, MENTALISMO, MANEJAR TU MENTE, REENCARNACIÓN,BUDISTAS EN ECUADOR, BUDISTAS EN QUITO
Lo que és Budismo Ecuador
Este es un espacio en el que veremos al Budismo más como una filosofía de vida, qué como una religión, mecanismos para evitar el sufrimiento, controlar la mente, manejar los pensamientos que producimos, encontrar el camino a la verdadera felicidad, meditación, yoga, desdoblamiento, ver auras y cosas que todos absolutamente todos podemos, reflexiones, como encontrar tu paz verdadera, paz inverencial , paz interior, equilibrar tu salud, diferentes formas para llegar a Dios y mucho mas.
jueves, 29 de julio de 2010
LAS 4 NOBLES VERDADES
En el sermón de Benares, tras su iluminación, Budha expuso las cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero:
1. La primera Noble Verdad es dukkha, la naturaleza de la vida es sufrimiento. Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sufrimiento. El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, asociarse con lo indeseable es sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo que se desea es sufrimiento. En breve, los cinco agregados de la adherencia son sufrimiento.
2. La segunda Noble Verdad es el origen de dukkha, el deseo o "sed de vivir" acompañado de todas las pasiones y apegos. Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Es el deseo que produce nuevos renacimientos, que acompañado con placer y pasión encuentra siempre nuevo deleite, ahora aquí, ahora allí. Es decir, el deseo por los placeres sensuales, el deseo por la existencia y el deseo por la no existencia.
3. La tercera Noble Verdad es la cesación de dukkha, alcanzar el Nirvana, la Verdad absoluta, la Realidad última. Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Es la total extinción y cesación de ese mismo deseo, su abandono, su descarte, liberarse del mismo, su no dependencia.
4. La cuarta Noble Verdad es el Sendero que conduce al cese del sufrimiento y a la experiencia del Nirvana. Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento. Solamente este Óctuple Noble Sendero; es decir, Recto Entendimiento, Recto Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración.
B. La esencia de los millares de discursos en los que el Buda explicó su enseñanza de distintas maneras, está contenida en Las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero.
C. Este Sendero comprendido en la cuarta Noble Verdad es el Sendero Medio, llamado así por evitar los dos extremos, tanto la búsqueda de la felicidad a través de los placeres sensuales, como la mortificación de uno mismo. Este Sendero Medio es llamado el Noble Óctuple Sendero, ya que consta de ocho factores, que son:
1. Recta comprensión (samina ditthi)
2. Recto pensamiento (samma sankappa)
3. Rectas palabras (sammma vaca)
4. Recta acción (samma Kammanta)
5. Rectos medios de vida (samma ajiva)
6. Recto esfuerzo (samma vayama)
7. Recta atención (samma sati)
8. Recta concentración (samma samadhi)
D. Estos ocho factores no son separados y deben desarrollarse simultáneamente, ya que todos ellos están estrechamente relacionados entre sí, y cada uno contribuye al cultivo de los otros.
E. Su finalidad es el desarrollo y perfeccionamiento de los tres principios capitales del adiestramiento y disciplina budistas: La sabiduría (pañna), la conducta ética (sila) y la disciplina mental (samadhi).
1. La Sabiduría implica la Recta Comprensión y el Recto Pensamiento.a. La Recta Comprensión es la comprensión de las cuatro Nobles Verdades. Es la comprensión de la ley de la causalidad. Es la comprensión de la impermanencia.
b. El Recto Pensamiento es pensar con desapego, amor, renunciamiento y no violencia, esto es, con sabiduría. Es evitar pensamientos de apego, malevolencia, odio y violencia, esto es, evitando la ignorancia.
2. La Conducta ética implica: la Recta Palabra, la Recta Acción y los Rectos Medios de Vida. La conducta ética (sila) está basada en la vasta concepción del amor universal y la compasión hacia todos los seres vivientes, que constituye el fundamento de la enseñanza del Buda.
5. La Recta Palabra es abstenerse de emplear formas de lenguaje erróneas y perniciosas, de hablar negligentemente, de mentir, difamar, calumniar o dañar a otros, y cultivar las palabras amistosas, benévolas, agradables, dulces, significativas y útiles.
6. La Recta Acción es cultivar una conducta moral honorable y pacífica, absteniéndose de matar, robar, relaciones sexuales ilegítimas y llevar a cabo tratos deshonestos.
7. Los Rectos Medios de vida es ganarse la vida de forma honorable, irreprochable e inofensiva, evitando cualquier profesión que pueda ser nociva de alguna manera para otros seres vivientes.
3. La disciplina mental incluye: el Recto Esfuerzo, la Recta Atención y la Recta Concentración. a. El Recto Esfuerzo implica los cuatro siguientes esfuerzos:
1) Impedir el surgimiento de pensamientos malos.2) Apartar los pensamientos malos ya surgidos en la mente.3) Cultivar el surgimiento de los buenos pensamientos.4) Mantener los buenos pensamientos ya surgidos. Cultivar con atención el Dhamma.
b. La Recta Atención implica los Cuatro Estados de Atención Mental:1) Prestar diligente atención al cuerpo.2) Prestar diligente atención a las sensaciones y las emociones.3) Prestar diligente atención a las actividades de la mente.4) Prestar diligente atención a las ideas pensamientos, concepciones y cosas (dhamma).
c. La Recta Concentración es la disciplina que nos conduce a las cuatro etapas de dhyana, o absorción, en la primera etapa se abandonan los deseos y pensamientos apasionados e impuros, en la segunda, ya desaparecidas las actividades mentales, se desarrolla la tranquilidad y la "fijación unificadora de la mente", en la tercera surge la ecuanimidad consciente y en la cuarta desaparecen todas las sensaciones, tanto de dicha como de desdicha, de alegría y de pesar, permaneciendo en un estado de ecuanimidad y lucidez mental.
F. Este Noble Óctuple Sendero puede ser seguido, practicado y desarrollado por cada individuo. Es disciplina corporal, verbal y mental. Se trata de un Sendero que conduce a la aprehensión de la Realidad última, al logro de la liberación, de la felicidad y la paz, mediante el autodesarrollo moral, espiritual e intelectual.
fUENTE http://www.oshogulaab.com/BUDA/TEXTOS/4NOBLESVERDADES.htm
LAS CUATRO NOBLES VERDADES
MAESTRO Rev. Fa Shàn Shakya OHY
miércoles, 28 de julio de 2010
DISCURSO DE STEVE JOBS "EL GENIO DE APPLE ( IPHONE, IPOD, IPAD) " MUY INTERESANTE
jueves, 22 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
EL HOMBRE MÁS FELÍZ DEL MUNDO, COMPROBADO CIENTÍFICAMENTE
«El hombre más feliz de la Tierra»
CONFERENCIA DE 20min, Los hábitos de la felicidad:
Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y así con decenas de sensaciones diferentes.
Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45, desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar. ¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los parámetros normales».
El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo. «La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar definitivamente y sin condiciones.
Éxtasis mental. Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».
Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico. Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob. Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.
El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo. Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas del mejor guión de una película.
Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.
La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.
La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la mente durante las sesiones de meditación. Uno de los aspectos que más ha fascinado a los investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia. El estudio de sus cerebros demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en la tierra si lograban controlar sus deseos. Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.
Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio. «Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas. Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».
Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones. Y ése es uno de los impulsos que el monje francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando es liberado de su jaula».
Satisfacción filipina. Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad. La presión consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva, menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que cada casa es nuestro hogar?».
Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física. Más aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.
Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida: «¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».
Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial. El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
Soledad: existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
Su última obra traducida al español: «Defensa de la felicidad» (Urano).
Fuente: http://espiritualidadypolitica.blogspot.com/2007/04/declarado-el-hombre-ms-feliz-del.html
martes, 20 de julio de 2010
TODO MUNDO TIENE LO QUE SE MERECE?
Basándome en el Karma existencial y multiexistencial, creo que todo mundo tiene lo que se merece, no sé si esta bien o mal, pero por ejemplo un día al ir por la calle vi a un "mendigo viejito" que está pidiendo limosna en la calle, la primera impresión, que pena el señor no tiene que comer o por qué estará pasando por eso, analizando mas meticulosamente ese viejito al que uno quiere ayudar a primera vista fue niño, joven y adulto entonces porque ha llegado a esa situación?, y la razón entra en marcha, quizás tuvo varios hogares o se tomaba la plata (osea tomaba mucho alcohol) o porque ese viejito está solo, acaso no tiene un hijo q le dio la mano?, quizás puede ser porque los maltrataba, creo que todo se paga y todo se multiplica sea para bien o mal, q opinan ustedes? esto en el budismo se llama "compasión" entender el porqué de las cosas.
Se han preguntado para qué vivimos? o por qué muchos no viven varios años? Por ejemplo en lo que respecta a los bebes o las muertes prematuras, esos seres vivieron o existieron para cumplir un objetivo en la vida, igual que todos, uno cumple su objetivo y deja de existir, en el caso de los bebes sería unir mas a los padres o que los padres cambien su manera de ver la vida, y en el caso de las personas que "son saladas" que no ganan una, son malas suertes eso tendría que ver con el karma multiexistencial quizás en su anterior vida fueron malas personas y ahora las están pagando, es igual a que un bebe nazca en una familia pobre y con miserias y otro bebe en otra familia rica y con abundancias, también el karma multiexistencial nos da la respuesta de esos niños que a temprana edad son buenos músicos, futbolistas o espirituales porque en su vida anterior tuvieron algo que ver con eso..
Estas palabras me las tomo a título personal, no digo que las personas budistas o con tendencias budistas piensen así, pero trato de comprender un poco algunas cosas que experimentamos en la vida. La idea del Karma nos hace fuertes, nos hace entender muchas cosas, es una hipótesis , funciona para mí, uno toma responsabilidades y ayuda eliminar el apego a las cosas o personas.
Saludos Cordiales
AndrésViv.
jueves, 15 de julio de 2010
EL AMOR EROS
-Papá, tengo una pregunta que hacerte, no se si podrías contestármela.
-Dime Jenny
-Me siento muy triste, porque cuando creo que encuentro el amor, este se va. Y mi corazón está parchado. Cada rato cierran mis heridas y cada rato las vuelven a abrir ¿Se puede ser feliz sin amor? A veces creo que el amor no existe.
-Te voy a hacer una pregunta Jenny…
¿Conoces a alguien que no tenga pareja y sea feliz?
-Si, mi tía Chole nunca se casó pero es muy feliz, ayudando a otras personas en obras de caridad. Tiene mucha energía y entusiasmo por la vida.
-Jenny…
¿Conoces a alguien que tenga pareja y sea infeliz?
-¡Muchos! Creo que la mayoría de mis tíos casados no son felices.
-Ahora ya no entendí –respondió su padre de forma pícara- ¿Cómo es que personas sin pareja son felices y personas que encontraron el amor son infelices?
-Pero tú y mi mamá se aman y se que ustedes si son felices.
-Interesante observación Jenny. Cuando conocí a tu madre, ella ya era feliz. De hecho, me atrajo mucho el brillo de su mirada y su sonrisa tan encantadora. Su felicidad es la que me atrapó. Aparte de su belleza –sonrió Alberto
Quiero que esto te quede claro hija mía: cuando enfocas tu felicidad con tanta desesperación en algo, en este caso encontrar a una pareja, es la forma más segura de no tenerla y ser infeliz ¿por qué? Porque tu mente siempre está en el futuro y no en el presente.
Postergarás tu felicidad hasta que encuentres el amor.
Vas a tener una mirada triste y no vas a sonreir. Por ejemplo ¿Cómo te gustaría un hombre?
-Bueno, seguro de si mismo, con un brillo en su mirada, con sentido del humor -respondió Jenny
-Exacto. Y un hombre que está desesperado porque no tiene pareja será inseguro, no tendrá brillo en su mirada y no va a tener sentido del humor ¿Cómo habría de tenerlo si no es feliz hasta que encuentre pareja?
Solo hasta que él se llene a sí mismo y sea feliz, entonces te resultará atractivo. Pero si te ve con semblante triste, no le vas a gustar.
-Creo que comienzo a entender –comentó Jenny con un destello en la mirada
-Tu pareja debe ser un complemento de tu vida activa y feliz –continuó Alberto. Solo se apoyarán e impulsarán el uno al otro. Nunca debes depender de él para ser feliz. Debes tomar la decisión que serás feliz, con amor…
O sin él.
Y al tomar esa decisión, te dedicarás a ser feliz HOY. Y al hacerlo, sin querer, aumentarás las posibilidades de que enamores a alguien. Porque serás feliz. Tanto a hombres como mujeres, alguien feliz nos gusta mucho.
-¡Gracias papá! –Y Jenny abrazó a su padre.
Si tu felicidad depende de tener pareja, nunca serás feliz. Porque la felicidad consiste en ser feliz en el momento presente. Solo hasta que te dediques a ser feliz el día de hoy, por arte de magia, aparecerá el amor de tu vida.