Primero, extraer la fuerza-psíquica o calor-psíquico (sánscrito: prana) del aire atmosférico, almacenándolo en la batería del cuerpo humano.

Segundo, emplear este calor-psíquico almacenado para transmutar el fluido generativo o potencial energético thig-le (equivalente al kundalini hindú), en una sutil energía ardiente que se hace circular a través de los canales-nerviosos psíquicos del cuerpo.

Los canales-nerviosos psíquicos se llaman en tibetano tsas y en sánscrito nadis. De estos hay tres de vital importancia en la práctica del tumo: el nervio-medio psíquico (tibetano: uma-tsa; sánscrito: susumna-nadi), que se extiende desde el perineo hasta la coronilla; el sendero-nervioso psíquico derecho (tibetano: roma-tsa; sánscrito: pingala-nadi) y el sendero-nervioso psíquico izquierdo (tibetano: kyangma-tsa; sánscrito: ida-nadi). Los dos últimos, suben en espiral desde el perineo hasta la cabeza a un lado y otro del nervio-medio psíquico. Conectados con estos tres canales-nerviosos principales hay numerosos nervios-psíquicos subsidiarios por los que la fuerza-psíquica (tibetano: shugs; sánscrito: prana) se transporta a todo el organismo y, principalmente, a los centros-nerviosos psíquicos (tibetano: khorlo; sánscrito: chakra) donde se almacena y distribuye a todos los órganos y partes del cuerpo.

El yoga del calor-psíquico emplea elaboradas posturas, respiraciones, visualizaciones, meditaciones y concentración mental para lograr los dos objetivos antes mencionados. El proceso culmina cuando el fluido generativo o potencial energético thig-le, ha regenerado completamente todos los centros y nervios-psíquicos del cuerpo y asciende más allá de la coronilla, produciendo la invisible protuberancia psíquica. Cuando la protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado fluído-protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado fluído-generativo o seminal, uno alcanza la gracia trascendental de la iluminación.

Los Cinco Ejercicios Preliminares

1) Visualización del Cuerpo Físico como Vacío

El ejercicio de visualización del cuerpo físico como vacío es el siguiente: debes imaginar tu cuerpo, exteriormente, como si fueras una hermosa deidad de color rojo brillante, tan refulgente como el resplandor de un rubí, e internamente por completo vacío, transparente y radiante como una envoltura vacía; vacío incluso hasta las puntas de los dedos, como una vacía tienda de seda roja.

Al principio, mantén la visualización del tamaño de tu propio cuerpo; luego agranda la visión de tu cuerpo como si fuera grande como una casa; más tarde, grande como una colina; y, finalmente, lo suficiente vasta como para contener el Universo. Entonces concentra tu mente en ella.

Posteriormente, reduce la visión gradualmente, poco a poco, hasta tener el tamaño de una semilla de sésamo. Entonces sobre ésta también concentra tu mente por algunos minutos.

2) Visualización del Nervio Medio Psíquico como Vacío
El ejercicio de visualización del nervio-medio psíquico como vacío es el siguiente: debes imaginar tu cuerpo, exteriormente, como si fueras una hermosa deidad de color rojo brillante, tan refulgente como el resplandor de un rubí, e internamente, debes imaginar el nervio-medio psíquico (susumna) que se extiende desde el perineo hasta la Abertura de Brahman en la coronilla. El nervio-medio psíquico debes imaginarlo como si fuera un tubo de una pulgada de diámetro y con las siguientes características: de color rojo, brillante, recto desde el perineo hasta la coronilla y hueco como un tubo de cristal.

Luego agranda la visión del nervio-medio psíquico ( y la del cuerpo también) como si tuviera tres o cuatro pulgadas de diámetro. Más tarde, expande la visión del nervio-medio hasta el tamaño de un pilar, luego al de una casa, posteriormente al de una colina, y, finalmente, visualízalo lo suficientemente vasto como para contener el Universo. Entonces concentra tu mente en ella.

Posteriormente, reduce la visión gradualmente, poco a poco, hasta que el cuerpo tenga el tamaño de una semilla de sésamo, y medita en el nervio-medio psíquico como si lo penetrase, teniendo un espesor de una centésima parte del diámetro de un cabello y hueco en su interior. Entonces sobre ésta también concentra tu mente por algunos minutos.

3) Visualización del Círculo Protector

I. El Arte de Manejar el Cuerpo

El arte de manejar el cuerpo es como sigue: coloca tu cuerpo en la postura buda o postura de loto (padmasana). También puedes colocar el cuerpo en la postura de medio loto o en la postura siddha o del triángulo (siddhasana).

El texto original afirma: “La postura-buda aporta el medio por el que uno realiza la iluminación completa o estado búdico. Uno también puede sentarse con las piernas cruzadas en la postura-siddha”.

II. El Arte de Respirar

El arte de respirar es como sigue: debes exhalar el aire viciado gradualmente en tres ocasiones hasta que los pulmones estén completamente vacíos. Luego debes hacer una inhalación completa hasta el fondo mismo de los pulmones, y luego levantar el diafragma hasta que el pecho se expanda completamente. Luego reten el aliento por algunos segundo y exhala lentamente por la nariz.

III. El Arte de Dirigir las Imágenes Mentales

El arte de dirigir las imágenes mentales es como sigue: debes imaginar, cuando exhales por la nariz, que innumerables rayos de luz de cinco colores salen de cada uno de los poros de tu piel y que se proyectan hacia el exterior, abarcando el mundo entero y llenándolo con su resplandor, y, cuando inhales, debes imaginar que todos aquellos rayos de luz de cinco colores reingresan al cuerpo a través de los poros de la piel, llenándolo completamente de luz multicolor.

4) Preparación de los dos Senderos Nerviosos Psíquicos

La preparación de los dos senderos-nerviosos psíquicos es como sigue: visualiza, a la derecha e izquierda del nervio-medio psíquico (susumna), los dos senderos-nerviosos psíquicos (ida y pingala) que van desde las fosas nasales hasta la base de la espina dorsal. Estos dos senderos-nerviosos psíquicos suben en espiral desde la base del tronco o sostén-radical (muladhara-chakra), cruzándose en cada centro-nervioso psíquico (chakra), hasta la base del cráneo. Desde ahí, ida sube rodeando el lado derecho de la cabeza y pingala asciende por el lado izquierdo, hasta el entrecejo (ajña-chakra); entonces ida sale por la fosa nasal izquierda y pingala por la derecha. Una vez que estos dos senderos-nerviosos han sido preparados, el potencial energético thig-le puede subir fácilmente a través de ellos y del nervio-medio psíquico, desde la base del tronco o sostén-radical hacia la coronilla. Por ello el texto original afirma: “Estas prácticas, al asemejarse a la apertura de un curso de agua antes de traer ésta, constituyen un arte importantísimo”.

5) Aporte de las “Ondas Graciosas” sobre los Centros Nerviosos Psíquicos
El aporte de las “ondas graciosas” sobre los centros-nerviosos psíquicos es el siguiente: Visualiza en el centro-nervioso psíquico del corazón a tu maestro o guru particular. Imagínalo sentado en postura de meditación y, sobre su cabeza, en similar postura de meditación, uno sobre la cabeza de otro en línea ascendente, la sucesión de los gurus de las seis doctrinas de Naropa.

Medita sobre estos gurus como si fueran un rosario de perlas y localizados de la siguiente forma: a la altura del corazón tu maestro o guru humano, arriba de él a Gampopa, arriba a Milarepa, arriba de éste a Marpa, arriba de él a Naropa, arriba de Naropa a Tilopa y, por último, arriba de Tilopa a Samantabhadra sentado en meditación a la altura de la coronilla.

Una vez realizado lo anterior, pide y siente que las energías u “ondas graciosas” de estos gurus radian y llenan tu cuerpo con su luz. Luego, visualízalos a todos como si se fundiesen en la esencia de la bienaventuranza inextinguible, y que esta esencia luminosa también llena tu cuerpo entero de luz.

La doctrina o yoga del calor-psíquico (tumo), equivalente al kundalini-yoga de la tradición hindú, busca lograr dos objetivos específicos:

Primero, extraer la fuerza-psíquica o calor-psíquico (sánscrito: prana) del aire atmosférico, almacenándolo en la batería del cuerpo humano.

Segundo, emplear este calor-psíquico almacenado para transmutar el fluido generativo o potencial energético thig-le (equivalente al kundalini hindú), en una sutil energía ardiente que se hace circular a través de los canales-nerviosos psíquicos del cuerpo.

Los canales-nerviosos psíquicos se llaman en tibetano tsas y en sánscrito nadis. De estos hay tres de vital importancia en la práctica del tumo: el nervio-medio psíquico (tibetano: uma-tsa; sánscrito: susumna-nadi), que se extiende desde el perineo hasta la coronilla; el sendero-nervioso psíquico derecho (tibetano: roma-tsa; sánscrito: pingala-nadi) y el sendero-nervioso psíquico izquierdo (tibetano: kyangma-tsa; sánscrito: ida-nadi). Los dos últimos, suben en espiral desde el perineo hasta la cabeza a un lado y otro del nervio-medio psíquico. Conectados con estos tres canales-nerviosos principales hay numerosos nervios-psíquicos subsidiarios por los que la fuerza-psíquica (tibetano: shugs; sánscrito: prana) se transporta a todo el organismo y, principalmente, a los centros-nerviosos psíquicos (tibetano: khorlo; sánscrito: chakra) donde se almacena y distribuye a todos los órganos y partes del cuerpo.

El yoga del calor-psíquico emplea elaboradas posturas, respiraciones, visualizaciones, meditaciones y concentración mental para lograr los dos objetivos antes mencionados. El proceso culmina cuando el fluido generativo o potencial energético thig-le, ha regenerado completamente todos los centros y nervios-psíquicos del cuerpo y asciende más allá de la coronilla, produciendo la invisible protuberancia psíquica. Cuando la protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado fluido-protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado fluido-generativo o seminal, uno alcanza la gracia trascendental de la iluminación.
Las Tres Prácticas Fundamentales

a) Producción del Calor Psíquico

i. El Arte de Manejar el Cuerpo

El arte de manejar el cuerpo, tal y como ya ha sido explicado anteriormente, es como sigue: coloca tu cuerpo en la postura buda o postura de loto (padmasana). También puedes colocar el cuerpo en la postura de medio loto o en la postura siddha o del triángulo (siddhasana).

ii. El Arte de la Respiración Calmada y Forzada

- Respiración Calmada
El arte de la respiración calma se divide en dos partes: los nueve resoplidos y las cuatro respiraciones combinadas.
Los nueve resoplidos son:
1. Tres suaves respiraciones mientras la cabeza se va girando lentamente de derecha a izquierda a través de la fosa nasal derecha.
2. Tres suaves respiraciones mientras la cabeza se va girando lentamente de izquierda a derecha a través de la fosa nasal izquierda.
3. Tres suaves respiraciones mirando directamente hacia adelante a través de ambas fosas nasales.
4. Tres respiraciones más fuertes mientras la cabeza se va girando lentamente de derecha a izquierda a través de la fosa nasal derecha.
5. Tres respiraciones más fuertes mientras la cabeza se va girando
lentamente de izquierda a derecha a través de la fosa nasal izquierda.
6. Tres respiraciones más fuertes mirando directamente hacia adelante a través de ambas fosas nasales.
7. Tres respiraciones aun más fuertes mientras la cabeza se va girando lentamente de derecha a izquierda a través de la fosa nasal derecha.
8. Tres respiraciones aun más fuertes mientras la cabeza se va girando lentamente de izquierda a derecha a través de la fosa nasal izquierda.
9. Tres respiraciones aun más fuertes mirando directamente hacia adelante a través de ambas fosas nasales.
Las cuatro respiraciones combinadas son:
1. Inspirar por ambas fosas nasales
2. Llenar con el aire inspirado hasta el fondo mismo de los pulmones y luego contraer el diafragma de modo que se levante el tórax.
3. Una vez que los pulmones estén llenos, efectúa muy cortas inhalaciones hasta que ambos pulmones estén lo más llenos posibles. Esto se llama igualación.
4. Posteriormente lanza el aire hacia afuera, a través de ambas fosas nasales, suavemente al comienzo y al final y con gran fuerza en medio de la exhalación.

- Respiración Forzada
Consiste en hacer la respiración completa y profunda, inhalando y exhalando energéticamente el aire de modo que los pulmones se llenen y vacíen completamente en cada respiración.

iii. El Arte de las Imágenes Mentales Meditativas

- Calor Psíquico Externo
Debes imaginar tu cuerpo, exteriormente, como si fueras una hermosa deidad de color rojo brillante, tan refulgente como el resplandor de un rubí, e internamente por completo vacío, transparente y radiante como una envoltura vacía; vacío incluso hasta las puntas de los dedos, como una vacía tienda de seda roja. Posteriormente imagina que el aire atmosférico es una fabrica de energía de donde se extrae el calor-psíquico.

- Calor Psíquico Interno
Después de hacer el ejercicio anterior debes visualizar en medio de tu cuerpo vacío al nervio-medio psíquico. Visualízalo de color rojo y hueco, transparentemente brillante, recto desde el perineo (muladhara chakra) hasta la coronilla (Apertura de Brahman). Debes visualizar también, a la derecha e izquierda del nervio-medio psíquico (susumna), los dos senderos-nerviosos psíquicos (ida y pingala) que van desde las fosas nasales hasta la base de la espina dorsal. Estos dos senderos-nerviosos psíquicos, como ya ha sido explicado anteriormente, suben en espiral desde la base del tronco o sosten-radical (muladhara-chakra), cruzándose en cada centro-nervioso psíquico (chakra), hasta la base del cráneo. Desde ahí, ida sube rodeando el lado derecho de la cabeza y pingala asciende por el lado izquierdo, hasta el entrecejo (ajña-chakra); entonces ida sale por la fosa nasal izquierda y pingala por la derecha. Visualiza la terminal inferior de estos dos senderos-nerviosos psíquicos como entrando en la terminal inferior del nervio-medio psíquico.
Visualiza también, los dos senderos-nerviosos psíquicos uniéndose al nervio-medio psíquico en la coronilla o Apertura del Brahman (sahasrara chakra) y, junto a estos tres, imagina treinta y dos nervios-psíquicos subsidiarios que se irradian hacia abajo. Luego imagina dieciséis nervios-psíquicos subsidiarios que se irradian hacia arriba desde el centro-nervioso psíquico de la garganta (visuddha chakra). Luego ocho que se irradian hacia abajo desde el centro-nervioso psíquico del corazón (anahata chakra). Luego sesenta y cuatro que se irradian hacia arriba desde el centro-nervioso psíquico del ombligo (manipura chakra). Cada grupo de nervios-psíquicos subsidiarios debe imaginarse conectados con el centro-nervioso psíquico correspondiente, con el nervio-medio psíquico y con los dos senderos-nerviosos psíquicos.

- Calor Psíquico Secreto
Primer ejercicio:
Después de hacer el ejercicio anterior visualiza el punto en el que los dos senderos-nerviosos psíquicos derecho e izquierdo (ida y pingala) se encuentran con el nervio-medio psíquico (susumna), en la base del tronco, cuatro dedos debajo del ombligo (muladhara chakra). Debes imaginar este lugar con las siguientes características: color marrón rojizo, caliente al tacto, ondulante y emitiendo la vibración sonora tzzz.
Luego imagina que, mientras inhalas por la nariz, la energía o fuerza-vital desciende por los dos senderos-nerviosos psíquicos hasta la base del tronco o sosten-raíz (muladhara chakra). Siente que la energía expande los dos senderos-nerviosos psíquicos y que, al llegar abajo, la energía penetra en el sosten-raíz (muladhara chakra) iluminándolo de color rojo brillante. Luego imagina que, mientras exhalas por la nariz, la energía penetra en el nervio-medio psíquico y asciende por él, pero ahora en una corriente de color azul.

Segundo ejercicio:

Después de hacer el ejercicio anterior visualiza el punto en el que los dos senderos-nerviosos psíquicos derecho e izquierdo (ida y pingala) se encuentran con el nervio-medio psíquico (susumna), en la base del tronco, cuatro dedos debajo del ombligo (muladhara chakra). Debes imaginar en este lugar una llama de fuego, de una pulgada de largo, aguzadísima y con las siguientes características: recta y perpendicular, apuntando hacia la coronilla, brillantez transparente, de color rojo y vacía, es decir, etérea.

Luego imagina que, mientras inhalas por la nariz, la energía desciende por los dos senderos-nerviosos psíquicos hasta la base del tronco o sosten-raíz (muladhara chakra). Siente que la energía expande los dos senderos-nerviosos psíquicos y que, al llegar abajo, la energía penetra en el sosten-raíz (muladhara chakra) iluminando la llama de fuego. Luego imagina que, mientras exhalas por la nariz, la llama de fuego se eleva una pulgada; y que, al cabo de diez respiraciones completas la llama de fuego alcanza el centro- nervioso psíquico del ombligo, llenándolo completamente.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego se reparte por la parte inferior del cuerpo, desde la cintura hasta la punta de los pies.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego se eleva hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico del corazón, llenándolo completamente.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego se eleva hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico de la garganta, llenándolo completamente.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego se eleva hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico de la coronilla, llenándolo completamente.
Posteriormente, invierte el proceso descrito anteriormente. Es decir, imagina que, con cada inhalación el fuego desciende gradualmente; con las primeras diez inhalaciones el fuego desciende llenando toda la cabeza.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego desciende hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico de la garganta, llenándolo completamente.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego desciende hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico de corazón, llenándolo completamente.
Luego imagina que, con diez respiraciones más, el fuego desciende hasta alcanzar el centro-nervioso psíquico del ombligo, llenándolo completamente.
Finalmente imagina que, con diez respiraciones más, el fuego se reparte llenando todo el cuerpo hasta la punta de los dedos de las manos y los pies.
Al principio ha de repetirse el ejercicio anterior seis veces durante el día, siempre y cuando el organismo tolere el aporte extra de energía. Esto resulta particularmente importante de comprender. Posteriormente, debe reducirse gradualmente la práctica del ejercicio durante el día, pero aumentando proporcionalmente la duración del proceso de la respiración. Es decir, aumentando el lapso de tiempo de cada inhalación y de cada exhalación.

b) Experiencias del Calor Psíquico

i. Experiencias Normales
Texto original:
1. “Reteniendo (o almacenando) en los centros-nerviosos psíquicos la fuerza vital, se produce, al principio, algo afín al calor;
2. En segundo lugar, se experimenta dicha;
3. En tercer lugar, la mente asume se estado natural; Luego cesa automáticamente la formación de pensamientos;
4. Y se ven fenómenos, parecidos al humo, espejismo, luciérnagas, y algo que asemeja la luz del amanecer, y algo que asemeja un cielo sin nubes”.

Explicación:
1. Conforme el proceso avanza debido a la práctica de las técnicas explicadas anteriormente, se acumula la fuerza-vital o calor-psíquico (prana) en los centros-nerviosos psíquicos (chakras).
Luego, conforme la mente del practicante se va tranquilizando debido a la meditación, el calor-psíquico se tranquiliza también dentro del organismo, asumiendo ambos, mente y calor-psíquico, su condición natural de inmovilidad y produciendo calor.
Lo anterior provoca, que todos los nervios-psíquicos del cuerpo (nadis) se abran, permitiendo que el calor-psíquico conduzca al fluido-generativo o potencial energético thig-le dentro de ellos. Esto puede producir dolor en los nervios-psíquicos y dolor seminal. Luego es posible experimentar sufrimiento psicológico debido a que el potencial energético tig-le “purga” la mente de impurezas. Todo esto se conoce como “tiempo de dolor” o “tiempo de calor”.
2. Una vez que los nervios-psíquicos de todo el organismo han sido regenerados, debido al proceso que han llevado a cabo el calor-psíquico y el fluido-generativo o potencial energético thig-le, uno experimenta innumerables condiciones de dicha. Esto se llama “tiempo de dicha” o “segunda etapa”.
Luego la mente, poniéndose a tono con la dicha interna, experimenta júbilo en la contemplación de la naturaleza externa. Esto se llama “experimentación de la dicha”.
3. Conforme el proceso avanza, la corriente incesante de pensamientos en la mente es neutralizada y la mente se sumerge en la silencio, alcanzando su estado o condición natural; el estado del verdadero morar en la inmovilidad de la mente u “océano sin olas”: el tranquilo estado del samadhi. Esto se llama “tercera etapa”, un estado de perfecta contemplación.
4. El estado de inmovilidad mental así realizado, no es un estado exento de todas las experiencias sensibles y del mundo exterior percibido por los sentidos. Más bien, el mundo exterior es contemplado desde un estado de perfecta inmovilidad o silencio mental y que, en ocasiones, puede verse matizado súper normalmente con fenómenos como de humo, espejismo, luciérnagas, luz morteina, como iluminado por una lámpara, o el titilar del crepúsculo, o un cielo sin nubes, y otros.
Durante esta etapa de la transmutación del fluido-generativo o seminal, el practicante no ha de ignorar ninguno de los signos anteriores y que pueden presentarse fenómenicamente durante el proceso, no con la intención de experimentarlos, sino más bien para que en caso de que se presenten esté al tanto de su existencia.

ii. Experiencias Supernormales
Las experiencias supernormales se dividen en dos: los cinco signos y las ocho virtudes.

Los cinco signos:
Conforme el fluido-generativo o seminal asciende por el nervio-medio psíquico (susunma) se convierte en la fuerza ígnea que desata o despierta los centros-nerviosos psíquicos (chakras). En virtud de este desatado de los centros-nerviosos psíquicos, aparecen los cinco signos súper normales: La llamarada, la luna, el sol, saturno y el relámpago.

La llamarada aparecerá como resplandor amarillo; la luna como resplandor blanco; el sol como resplandor rojo; saturno como resplandor azul; y el relámpago como resplandor dorado.

Dentro de cada uno de estos resplandores, a su vez, el propio cuerpo será rodeado por un halo.
El relámpago, como resplandor rosado, surge del flujo y transmutación del fluido-generativo o potencial energético thig-le. Los otros resplandores se relacionan con el despertar de los cuatro centros-nerviosos psíquicos: el del ombligo, el del corazón, el de la garganta y el de la coronilla.

Las ocho virtudes:
Las ocho virtudes son facultades psíquicos sobrenaturales (siddhi): 1. Fuerza supernormal; 2. Juventud perenne; 3. La transmutación de la materia; 4. Levitación (y la capacidad de atravesar el aire con la velocidad de una flecha dentro del cuerpo carnal, o con la velocidad del pensamiento en el cuerpo “astral” o sutil; 5. La capacidad de atravesar el éter, y traspasar cualquier cuerpo o sustancia material sólida en el cuerpo “astral”; 6. El propio cuerpo se torna transparente y no emite sombra; 7. La burda materia del cuerpo se purifica, y el propio cuerpo se transmuta en un cuerpo de resplandores multicolores como los de un arco iris y se torna invisible a los demás; 8. Se cierran a los estímulos externos las “nueve puertas del cuerpo”: ojos, oídos, fosas nasales, boca, ano y órgano de generación, provocando la ininterrumpida corriente del samadhi, llamada “estado extático de quietud”.

c) Calor-psíquico Trascendental

En la medida en que la fuerza-vital o calor-psíquico (prana) desciende por los dos senderos-nervisoso psíquicos (ida y pingala), y penetra en el nervio-medio psíquico (susumna), gradualmente se realiza el estado de la mente primordial e inmaculada que, inseparable del vacío y de la beatitud inextinguible, produce la liberación.

El fluido-generativo o potencial energético thig-le, al desplazarse hacia arriba a través de los centros-nerviosos psíquicos los despierta a la actividad, y la extremidad superior del nervio-medio psíquico se pone en avasallante vibración. Y de esa manera se produce la invisible protuberancia psíquica en la coronilla.

Cuando la protuberancia se llena de la fuerza-vital del transmutado fluido-generativo o seminal, uno alcanza al gracia trascendental del estado búdico.

Simultáneamente con esta realización, el fluido-blanco sale con intensidad de la base del órgano generativo y fluye hacia la coronilla y la penetra por completo; y el fluido-rojo sale con intensidad de la coronilla y fluye hacia abajo hasta que penetra todo el cuerpo, incluso hasta la punta de los dedos de los pies.

La Aplicación Práctica

a) Obtención del Beneficio del Calor

i. Obtención del Calor por el Arte de Manejar el Cuerpo
La obtención del calor por el arte de manejar el cuerpo es, en forma simplificada, el siguiente:
Acomódate en cuclillas con las palmas de las manos sobre las rodillas. Sacude el cuerpo precisamente como un caballo brioso se sacude y que hace que vibre cada una de sus crines. Luego efectúa un pequeño brinco, dejando que el cuerpo caiga hacia atrás sobre un colchón grueso para evitar lastimarte. Repite tres veces lo anterior. Este ejercicio debe hacerse con un colchón lo suficientemente grueso para evitar que la espalda, el cuello o la cabeza se lastimen con la caída. Si el practicante es mayor de edad debe evitar hacer este ejercicio.

ii. Obtención del Calor por el Arte de Respirar
Después de lo anterior, párate y haz una respiración completa, permitiendo que el aire inhalado baje hasta el fondo de los pulmones y luego permitiendo que el pecho se expanda. Repite tres veces lo anterior.

iii. Obtención del Calor por el Arte de Visualizar
Después de lo anterior, acomódate en posición de meditación. Visualízate como si tu cuerpo estuviera completamente vacío en su interior. Visualiza, también, el nervio-medio psíquico (susumna) desde el perineo hasta la coronilla, los dos senderos-nerviosos psíquicos (ida y pingala), el sostén-raíz (muladhara chakra) y los centros-nerviosospsíquicos del ombligo, el corazón, la garganta y la coronilla.

Mientras te encuentras en la visualización anterior imagina, también, un pequeño sol luminoso en las dos palmas de las manos y en las plantas de los pies. Luego junta las palmas de las manos entre sí y las palmas de los pies entre sí. Luego imagina otro sol en el perineo o sostén-raíz, y siente que la fricción de los cuatro soles de las palmas de las manos y de los pies llamea y chocan contra el sol que se encuentra en el perineo, en la base del órgano generativo, haciendo que su luz estalle en todas direcciones. Cuando esto sucede, y ajustándolo a la exhalación, visualiza todo el mundo, incluyendo tu cuerpo, como si fuese penetrado por la luz que ha salido del sol localizado en el perineo.

Al terminar, repite los pasos a, b y c dos veces más. Es decir, debes ejecutar el ejercicio triple (i,ii y iii) en tres ocasiones seguidas.

b) Obtención del Beneficio de la Dicha

i. Visualización de la Consorte
Espiritual de la Mente de Uno
Mientras te encuentres sentado en posición de meditación, visualiza frente a ti una hermosa forma femenina, dotada de todos los signos de belleza y tan atractiva como para fascinar tu mente. Si eres mujer, debes visualizar a un hombre, en vez de a una mujer.
Este ejercicio esta pensado para excitar el fluido-generativo o potencial energético thig-le, debido al deseo que se despierta, de tal manera que se expanda y ascienda por sí solo y a través del cuerpo, rumbo a la coronilla.

ii. El Proceso de Arder y Gotear
Visualiza en medio de tu cuerpo vacío el nervio-medio psíquico (susumna), los dos senderos-nerviosos psíquicos (ida y pingala), el sostén-radical (muladhara chakra) y los otros cuatro centros-nerviosos psíquicos del ombligo, el corazón, la garganta y la coronilla.

Después visualiza en la unión inferior del nervio-medio psíquico y de los dos senderos-nerviosos psíquicos en el perineo (nuladhara chakra), una llama de fuego como de una pulgada de alto y blanca y trasparente como el cristal. Simultáneamente, visualiza una pequeña pelota de cera de una pulgada de diámetro de color rojo, localizada en la coronilla (sahasrara chakra).

Una vez realizado lo anterior, imagina que el calor de la llama localizada en el perineo, empieza a derretir la pelota de cera roja y sus gotas caen sobre ella. La llama, entonces, con un sonido crepitante, se desplaza rápidamente hacia las piernas y , luego, con una incrementada fuerza comburente, asciende hasta alcanzar el centros-nervioso psíquico del ombligo.

Luego, conforme el calor de la llama aumenta y derrite la pelota de cera roja, sus gotas caen y avivan más y más la llama, hasta que ésta alcanza el centro-nervioso del corazón.
Luego, al derretirse muchísimo la pelota de cera roja sus gotas, avivan más la llama hasta que ésta alcanza el centro-nervioso de la garganta y, por último el de la coronilla, cuando la totalidad de la pelota se ha derretido.

Alcanzado este punto, debes invertir el proceso. Debes imaginar que la llama en la coronilla desciende entonces hasta la garganta experimentándose “dicha deliciosa”; luego baja hacia el corazón experimentándose “dicha trascendental”; posteriormente desciende al ombligo experimentándose “dicha maravillosa”; y, por último, desciende hasta el perineo en la base del tronco, experimentándose “dicha por la comprensión de la naturaleza ilusoria de todos los fenómenos”, quedando uno inmerso en un un estado de conciencia no afectado por los estímulos mundanos o externos.

iii. El Ejercico Físico
Los seis ejercicios físicos que a continuación se explican, son conocidos como “los seis ejercicios físicos de Naropa”:
1. Sentado en posición de meditación. Girar la cintura varias veces de derecha a izquierda y, luego, de izquierda a derecha. Esta práctica desata o despierta el centro-nervios del ombligo. 2. Girar el cuello hacia la derecha varias veces y luego hacia la izquierda. Luego, inclínalo hacia atrás y hacia adelante varias veces. Esta práctica despierta los centros-nerviosos de la garganta y la coronilla. 3. Inclinación o torción del tronco hacia la derecha e izquierda varias veces. Esta práctica despierta los centros-nerviosos del ombligo, del corazón y de la garganta. 4. Extender y contraer los brazos varias veces. Esta práctica desata los nudos-nerviosos de los brazos. Luego, colocando ambas manos en el suelo detrás de ti y descansando las nalgas en el suelo, extiende las piernas y sacude vigorosamente los pies en el aire. 5. Acomódate en cuclillas con las palmas de las manos sobre las rodillas. Luego efectúa un pequeño brinco, dejando que el cuerpo caiga hacia atrás sobre un colchón grueso para evitar lastimarse. Esta práctica desata los nudos-nerviosos del cuerpo entero. 6. Por último, sacude o haz vibrar vigorosamente todo el cuerpo y masajéalo en toda su extensión. De esta manera todos los nervios se calmarán, cada uno en su propio sitio.