Lo que és Budismo Ecuador

Estimados tod@s, Bienvenidos.
Este es un espacio en el que veremos al Budismo más como una filosofía de vida, qué como una religión, mecanismos para evitar el sufrimiento, controlar la mente, manejar los pensamientos que producimos, encontrar el camino a la verdadera felicidad, meditación, yoga, desdoblamiento, ver auras y cosas que todos absolutamente todos podemos, reflexiones, como encontrar tu paz verdadera, paz inverencial , paz interior, equilibrar tu salud, diferentes formas para llegar a Dios y mucho mas.

jueves, 30 de junio de 2011

El Control Mental, la Meditacion, el Altruismo y La Ciencia


El altruismo, un camino para la paz.









ALTRUISMO: Desprendimiento, filantropía, desapego.

El anonimato es la expresión más genuina del altruismo.
El término altruismo lo forjó el filósofo Augusto Comte, padre del positivismo, a partir de la palabra italiana Altrui -el otro-, derivada del latín alter,a, um. La idea del filósofo fue aportar el término opuesto a egoísmo, que no acaba de serlo la palabra generosidad, pues en ella no se explicita que el beneficiario de la misma sea precisamente el otro.
El altruismo se refiere a la solidaridad interpersonal.
Hay dos aspectos que definen el altruismo: La simpatía y el compromiso. La simpatía se apoya sobre valores de bondad y caridad. El compromiso considera un acto que se sabe va a beneficiar más a otro que a sí mismo, implicando un sacrificio personal. El compromiso se inscribe en una ética de la responsabilidad. Porque se trata de actuar concretamente sobre el presente y sobre el futuro para proporcionar mayor bienestar al resto de la sociedad, implicando una inversión personal para el desarrollo de bienes comunes. Recordemos, como ya hemos hecho en otras ocasiones, que la moral se refiere a la conciencia individual, mientras que la ética se refiere a una moral social.
El Diccionario de la Real Academia define altruismo como “esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos puramente humanos”. En definitiva, el altruismo es una actitud aceptada y querida de buen grado. El altruismo y la solidaridad tienen una dimensión claramente humana y de servicio a la sociedad que se pone a prueba si para prestar ayuda a los demás tenemos que renunciar a beneficios propios, inmediatos y significativos.
El conocimiento y aprendizaje del altruismo nos hace contrarrestar el ejemplo de unos contravalores que empujan a la servidumbre del egoísmo, de la avaricia, de la ambición, del poder y del desenfreno de las pasiones. Hacer la vida más agradable a los demás, procurar en nuestra medida la felicidad de los otros, no suele ser “santo de devoción”, por desgracia, para la mayoría de los seres humanos. De ahí la trascendental importancia de una educación para la solidaridad y el altruismo desde el hogar y desde la escuela para nuestros pequeños, especialmente.
El altruismo y la solidaridad se alzan como única alternativa válida capaz de variar los hábitos de la competitividad, que conducen, de manera segura, a un egoísmo e individualismo exacerbados.

ALGUNOS PENSAMIENTOS SOBRE EL ALTRUISMO
Un día cuando estaba trabajando en el jardín de infancia, otra maestra estaba ocupada escribiendo noticias para los padres antes de que las clases terminaran. Ya que yo no tenía nada que hacer, decidí barrer el piso. Barrer el piso era en realidad responsabilidad de la otra maestra, lo que decidí hacer, haría sentir a los otros que esto era una acción compasiva.
Cuando estaba barriendo el piso, empecé a darme cuenta que el estado mental que me hizo tomar esa decisión en primer lugar no era puro. Lo que apareció en mi mente fue el aprecio que sentiría mi colega si ella veía mi acción, y eso podría hacer que me elogie por mi ayuda ya que redujo su trabajo. También por mi mente paso la idea de que los niños del jardín se enteraran de mi acción, y después pudieran pensar que tenía tan buen corazón que estaba dispuesta a ayudar a otros. En resumidas cuentas, lo que apareció por mi mente fue altruista sólo en la superficie. Hice lo que quería hacer tomando como punto de partida los beneficios que podía obtener de esto. No fue un verdadero desapego.
Después de darme cuenta de esto, reconocí la brecha entre mi carácter y el principio verdadero de la acción desinteresada. Ahora, sé aun mejor, que debo esforzarme en purificar mis propios pensamientos porque nuestra intención mental tiene una influencia crucial en lo que hacemos.
El punto de partida es sumamente importante en cualquier cosa que hagamos en nuestra progresión personal. Incluso si es tan simple como barrer el piso de otras personas, nuestro punto de partida debe ser puro. No debe basarse en obtener alabanzas de otros o perseguir ganancias y perdidas personales.
Sólo con la verdadera compasión emitida desde nuestro corazón podemos mover a los seres conscientes.

sábado, 11 de junio de 2011

Cuento Zen, Cuán importante somos y cuánto valemos.

 

  “Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”

 El maestro, sin mirarlo, le dijo:

 

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.



-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.


-Bien- asintió el maestro.


Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.


El joven tomó el anillo y partió.


Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

 

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.



Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

 

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.


Entró en la habitación.


-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.


-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.


El joven volvió a cabalgar.


El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:


-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.


-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.


-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.